Día de fiesta para los oviedistas con la espicha de celebración del 82 aniversario del club, que resultó un exito rotundo, tanto de público como de recaudación. A mi me tocó atender la barra durante prácticamente todo el día, salvo un par de veces que aproveche para dar una vuelta y tomar algo con amigos. Y acabé destrozao, una vez que acabamos de recoger todo el telar. Entré al campo con la segunda parte empezada, pero el pobre espectáculo y el dolor de musculos me hicieron retirarme a mis aposentos y no seguir con la fiesta por la noche ovetense.
Así las cosas, del partido poco puedo comentar, pero el resultado es lo suficientemente claro como para seguir intranquilos de cara a la promoción.
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