El once del Lobo hizo que más de uno se llevara las manos a la cabeza. Falo y Dani Santos de centrales, Cervero, Jaime o Meijide en el banquillo. La cosa pintaba mal y así lo vió el mister que enseguida desplazó a Dani Santos al lateral derecho, que tampoco es su puesto, y puso a Lucas en el centro de la zaga. Y así la cosa mejoró, pero antes Karanka pudo ya haber adelantado a los rojiblancos en un error de Dani Santos. Menos mal que es mas malo que le hambre y la mando alta. El Oviedo no le perdió la cara al rival en todo el partido y pudo haberse adelantado en dos tiros de Matías y Jon Carrera que despejó muy bien el portero aldeano, Sergio Sánchez. A pesar de todo fue el Gijón quien se adelantó en el marcador a la salida de un corner que Karanka remató en el primer palo y entró tras golpear en el cuerpo de Iván. Se cumplía lo esperado, que el Gijón se llevara el partido.
Con el 0-1 en el marcador llegó el descanso, y en el descanso lo mejor hasta ese momento, el bocata y la bota vino. Un impresionante bocata de tortilla de jamón que no hubiera podido con el ni el mismisimo Homer Simpson, regado con un sabroso vino tinto de Rioja. ¿Qué más se le puede pedir a una tarde de futbol? Pues lo que sucedió en la segunda parte.
Y eso que la segunda parte no empezó nada bien, el Gijón dominaba el partido y llegaba con bastante facilidad al área oviedista, por suerte Omar es un verdadero paquete que no le mete un gol al arcoiris e Iván siempre le ganó la partida. El aprtido cambió cuando salió Cervero. Él sólo ganó el partido. Para empezar, nada más salir, dejó claro que se habían acabado las contemplaciones haciendo una dura entrada sobre un jugador aldeano que le costó la trajeta amarilla. Y después, aprovechando un mal despeje de Jorge, se plantaba sólo ante Sergio Sánchez, que repelía el primer tiro, pero el rechaze caía de nuevo a los pies de Diego y conseguía le empate. Ahora con Diego en el campo si parecía posible la remontada porque el equipo se había reactivado con la presencia del 9 carbayón. El gol dejó a los gijoneses noqueados y el Real Oviedo se hizo dueño y señor del partido, llegando y creando ocasiones. Y a la salida de un corner Curro puso el balón en el área, Meijide remató a bocajarro, Sergio Sánchez despejó como pudo y Lucas mandaba el balón a la red consiguiendo el 2-1 que sería definitivo. Era el delirio en el Tartiere. Por fin la gente tenía una alegría que hacía mucha falta en Oviedo. La guinda la puso el Lobo Carrasco, sustituyendo en el minuto 92 a Cervero para que se ganase la ovación del Tartiere.
Con el pitido final, y los Ultra Boys bien calladinos, se desató la euforia en las gradas. Si, es cierto que no hemos ganado nada, ni un ascenso, ni siquiera tres puntos, pero en la actual situación esta victoria es una importante recarga moral, además de un desagravio importante tras la humillación de perder (¡dos veces!) con los minialdeanos.
Como no podía ser de otra forma Diego Cervero recogió el Trofeo del Campeón de manos del gochín de Tini Areces, que demostrando una vez más ser el presidente de algunos asturianos, se negó a posar con el equipo campeón. Me imagino que, si como pensaba, hubiera ganado el Gijón si que hubiera posado gustosamente. Pues ganó el Oviedo y te jodes, Ar-heces.

Por si alguno no se lo creé aquí os dejo el marcador. ¡HALA OVIEDO!
2 comentarios:
Viva la madre que lo parió
Qué sería de nosotros sin Diegol... si el sinverguenza de M. Pintado no lo hubiera echado (y encima de la manera en que lo echó), no estaríamos en 3ª.
CERVERO, UNO DI NOI
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