Hoy jugamos en mi barrio

A mi mente vienen los recuerdos de cuando era güaje y jugaba en el prao que había enfrente de mi casa, ahora ya construido, con mis amigos del barrio. Cuando salías después de comer y no volvías a casa hasta la hora de cenar, sin móviles y sin nadie que te controlara. 

Cuando no queríamos jugar al fútbol en el prao, donde unos tenían que atacar para arriba y otros para abajo y queríamos echar el partido en una superficie plana, atravesábamos la Costa Verde, cruzábamos los praos que había detrás, hoy todos con edificios en construcción, y llegábamos al campo de Los Castañales, por aquel entonces de arena y al que se podía acceder por la zona donde estaban los vestuarios. Y allí jugábamos al fútbol en porterías de verdad y llenándonos de tierra. Uno no podía imaginar en aquellos años que algún día el Oviedo tuviera que jugar un partido oficial en ese campo.

Hoy, el viejo campo de Los Castañales se ha convertido en un complejo deportivo con dos campos de hierba sintética, uno para el Pumarín, el Luis Oliver, y otro para el Covadonga, el Juan Antonio Rabanal, en honor del recordado párroco del barrio, Don Juan, fundador del C.D. Covadonga. 

Y hoy el Real Oviedo se enfrenta al C.D. Covadonga en partido oficial. ¡Qué triste!, que triste ver al Real Oviedo jugar contra el equipo de mi barrio, algo que nunca se me pasó por la imaginación que pudiera llegar a pasar, y si algún día se me pasó fue porque el Cova subiese a 1ª. Eso era un sueño, lo que ahora vivimos es una pesadilla. 

Es la realidad que nos toca vivir y, de este modo, hoy hay que sacar los tres puntos del Juan Antonio Rabanal ante un Covadonga que aún no se ha estrenado. No podemos volver a hacer el ridículo de hace 15 días en Gijón. Hoy hay que vencer y convencer y empezar de una vez a demostrar a la afición que hay equipo para no volver a jugar en Tercera en Los Castañales. Esperemos que si en categorías superiores.